Hoy ha sido un día horrible, para que mentir.
Hoy necesitaba más que nunca que estuvieras ahí.
Necesitaba una palabra tuya que me hiciera sonreír.
Hoy no estaba en mi mejor momento,
pero como cada día,
planto cara al viento y, al final, consigo levantar la vista.
Y cuando subo los ojos y veo que ahí mismo estás tú
regalándome ese abrazo que sé que, aunque no lo vea, está ahí, por y para mí.
Está lejos pero puedo notarlo.
Puedo saber que cuando me dices "un abrazo" lo estás mandando de verdad, como si yo fuera realmente a recibirlo. Y creo saberlo porque yo hago exactamente lo mismo cuando te lo mando a ti.
domingo, 25 de septiembre de 2011
25 de Septiembre de 2011
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