Me tienes en la palma de tu mano.
Me tienes justo en su centro.
Susurrando lo que anhelo.
Baja un poco la cabeza.
Quiero que me oigas decirte esta,
mi palabra presa,
que al decirla se atraviesa
en esta, mi veraz garganta.
Me tienes en la palma de tu mano.
Mi corazón en un puño
Lo detengo y adelanto.
Avanza loco al abismo
y aunque muere, sigue andando.