sábado, 29 de octubre de 2011

Mareo y juegos...

Como cansa andar siempre en espiral.
Estoy mareada.
El aliento entrecortado
me dice que algo no anda bien.

El dolor de cabeza y de tobillos
se hace con el tiempo más agudo.
Se me hace difícil pensar y caminar.
Juego sucio el de la lluvia.
                         
                  ***

Y ahora...
"Vamos a jugar a reírnos", me dices
pero es que ya no me quedan risas
de esas que lo quitan todo.
Así que ríete,
pero te advierto que lo harás solo.
A veces eso es más que suficiente.
                 
                  ***

Venga, vale... Juguemos.
Pero no prometo nada.
Igual que haces tú
cuando me hablas.

Veremos a ver si el juego no acaba en llanto.
Esto no viene de nuevas,
 ya traía un adelanto mi anterior fracaso,
pero, que demonios...
 ¡Juguemos!

Odio




Odio.

 Odias. 
                                         Odia.
              Odiáis.
                                Odiamos


            Odian









Nunca creí sentir el helado témpano del odio descarnando mi piel.
Oír como arrastraba su agudo filo por cada uno de mis poros y mis ojos henchidos de ira parecían dos fuegos apagados y crueles abismos. 
Algo oscuro se ha introducido dentro de mí. 
Tengo miedo. 
Tengo miedo de no actuar de forma fría y racional y que el odio me gane.
 Tengo miedo de odiarte. 
Más aún de hacerlo para siempre.
 Con rencor profundo, con indiferencia, con un cierto hedor a muerte...
 A venganza,  a rabia.... A pestilencia amarga.
Esa sombra maldita me acompaña cada vez que oigo tu nombre o siento tu presencia cercana a mis sentidos. 
No soporto oírte hablar.
 He deseado cosas infames contra ti. 
Y lo más preocupante es que no me arrepiento de nada. 
Eres mala. Y los malos deben perecer. Pero me da miedo convertirme en mala yo también. 
Solo quiero hacerte desaparecer. Eso, para mí es mi bien.
No quiero que te mueras, aunque en ocasiones lo deseo.
 Solo quiero que te alejes.
 Que tu mirada despreciable de asquerosa falsedad la guardes conmigo y no la vuelvas a sacar...
No. No aguantaré una vez más. 
Tienes un problema. Se llama sinceridad. 
Lástima que tu madre no te lo supiera enseñar.
 Siento que tu vida vaya a ser un fracaso total,
 pero, ahora, ahora es que da más que  igual. 
No merece la pena una amistad banal,
 sin sentido,
 sin motivo,
 y por fin con un final. 
Cierro el tema ya sin más, 
con total sinceridad.... 
Y aquí va: No quiero volver a verte. Nunca más.
Ni siquiera para ti es algo difícil de entender, de adivinar.

Chiquitita, dimunta, casi microscópica...

Gente pequeña en un mundo grande


Y hacerme chiquitita chiquitita y perderme entre abalorios y botones.., Colarme por el ojo de la aguja que cose las redes del tiempo y enredarme en ellas durante un ratito corto, sin contar minutos o segundos... 
Hacerme diminuta.
 Probar el azúcar de un beso granito a granito, hacer que la vida me parezca enorme y los días mares que no tienen fin. 
Que lo que antes era insignificante ahora se vuelva inmenso en mi mundo de pequeñeces... 
Que feliz sería siendo así, en miniatura, diminuta, casi microscópica, así... Tan pequeñita...

Gente pequeña en un mundo grande
 

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